ESTACION DEL FERROCARRIL DE RIO CLARO
El Valle del Cauca comenzó el siglo XX sin resolver su secular problema de falta de vía de comunicación y aislamiento, respecto del centro del país y del exterior. No obstante, los signos nuevos de reanimación, se acentuaron, entrecruzándose con la mayor integración nacional que propiciaba la economía cafetera y la consolidación del Viejo Caldas. La región se vio favorecida por estos factores, convirtiéndose además, por su situación geográfica, en un espacio decisivo para los procesos de cambio en el Occidente colombiano. Un factor determinante en estas transformaciones lo constituyó la apertura del Canal de Panamá en 1914, que potenció a Buenaventura y colocó el acceso a los mercados mundiales como problema a la orden del día para las élites regionales. En respuesta a las necesidades de los empresarios del Valle, se impulsó la construcción del ferrocarril del pacífico. Aprobada su construcción en 1872, la obra se inicia en 1878; a causa de diversos conflictos, especialmente de tipo político, como la guerra de los mil días, las diversas discusiones de orden administrativo central de la Nación, las pasiones y conflictos políticos entre liberales y conservadores. Tuvieron que esperarse veinte años más tarde, para concluirse su construcción; sólo estaba llegando a Dagua en 1905, en 1914 llega a Yumbo y en 1915 a Cali. En 1918 avanza a Palmira y en 1922 a Buga, con prolongaciones de Cali a Guachinte y Buenos Aires (Cauca).
La extensión del ferrocarril del pacífico al norte del departamento contribuyó en gran medida al fortalecimiento del comercio exterior por Buenaventura. Represento un símbolo de progreso, así como un elemento que causaría un crecimiento demográfico, sobre todo de los municipios productores de café en el norte del Valle: no obstante causaría una fuerte competencia que afecto la navegación por el río Cauca y su desaparición progresiva.